Condujimos a través de los humedales al sur de la Amazonia; un conductor, un guía y cuatro turistas. Mirábamos atentos en todas las direcciones en busca del gran premio.
—Shhh —dijo el guía de repente y señaló hacia el horizonte. Seguimos su indicación río abajo y hacia la orilla opuesta. El conductor disminuyó la velocidad y condujo cuidadosamente a lo largo del río.
Cogí mi cámara y apunté el lente. El jeep paró y saqué una foto. Bajé la cámara y miré al gato a los ojos —al jaguar— que estaba parado majestuosamente en la orilla del río.
Respiré hondo y sentí una sensación de libertad cruzando por mi cuerpo. Esto era exactamente lo que tenía en mente cuando un mes atrás había decidido dejar mi trabajo, hacer un viaje y buscar aventuras.