Estaba de un humor filosófico y decidí escribir un ensayo titulado: «¿Qué pienso cuando pienso sobre la vida?».
Empecé abordando las grandes preguntas: ¿Por qué estamos aquí? ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué estoy sentado aquí en un café en el este de Londres tomando un café descafeinado con leche de soja caramelizada?
En eso, pasó Steve por mi mesa y perdí el hilo de mis pensamientos. Steve tiene un reloj retro de los años ochenta, súper impresionante, con el que puedes jugar videojuegos. Lo invité a sentarse. Tenía muchísimas ganas jugar.