—Buen día —dijo Laura, sonriendo a la primera ola de gente que salía a borbollones del tren y subía por la escalera en dirección al próximo andén.
—Buen día —dijo Laura al océano de viajeros que pasaba, gran parte de ellos con la mirada hacia el suelo, concentrados en llegar lo antes posible al trabajo.
—Buen día —dijo Laura a la masa silenciosa que casi no hablaba en las primeras horas de la mañana.
—Buen día —dijo una mujer joven que caminaba al final del grupo con la cabeza erguida.
—Buen día —dijo Laura—. ¡Que tengas un bonito día!
Laura miró a la mujer desaparecer en la cima de la escalera. Le pagaban por saludar al tránsito de la mañana, y ella consideraba un extra cuando algún voluntario le devolvía el saludo. Disfrutó el momento mientras esperaba que llegara el próximo tren, que sería en un minuto.
El microrrelato Buen día forma parte de la colección de microrrelatos 52 momentos.