Estamos los tres sentados juntos en el salón —mis anfitriones y yo— cada uno en su mundo. Ella lee un periódico. Él juega un videojuego en su tableta. Yo escribo. En un primer plano, hay silencio; en el fondo, jazz en un volumen bajo. De vez en cuando ella nos cuenta noticias del periódico. Nosotros escuchamos, discutimos y volvemos a nuestro propio mundo.